Los defensores de los derechos humanos y del medio ambiente desempeñan una función primordial al exigir rendiciones de cuentas a las empresas y los estados por las violaciones de derechos humanos y la degradación medioambiental relacionadas con las empresas. Sin embargo, cada vez son más los defensores difamados, acosados y asesinados por proteger derechos laborales u oponerse a proyectos comerciales como minas, presas o plantaciones asociadas a intereses económicos y políticos poderosos.

Las empresas pueden estar vinculadas a ataques contra defensores a través de proveedores, clientes u otros socios empresariales. Tanto los estados como las empresas son actores vitales a la hora de atender a este riesgo y avanzar hacia una protección sistemática y un respeto por los defensores, como piedra angular de cualquier sociedad democrática. Esto incluye la protección de las libertades fundamentales, así como la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica. Estas libertades son requisitos previos fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, u ODS; en particular, el Objetivo 16, que aspira a promover unas sociedades pacíficas e inclusivas en pro del desarrollo sostenible, proporcionar acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles