El Campeonato Sudamericano de Fútbol, denominado oficialmente CONMEBOL Copa América, es la principal competición de selecciones de fútbol nacionales masculinas de la región. Programado para jugarse en 2020, con sede conjunta en Argentina y Colombia, fue pospuesto debido a la pandemia de Covid-19. Ese torneo de 2021 se ha convertido en el evento más debatido, pero, infelizmente, no por el fútbol. Los jugadores y el público expresaron su preocupación por los importantes riesgos para la salud, lo que llevó a los principales patrocinadores a retirar su apoyo.

Primero, Colombia se retiró, debido a las manifestaciones populares por más justicia social, que fueron respondidas con violencia asesina por las fuerzas de seguridad, y también debido a la crisis sanitaria. Luego, Argentina también se rindió, porque el gobierno consideró que la pandemia seguía fuera de control y una encuesta de opinión indicó que el 70% de la población no quería que se celebrara el concurso. La CONMEBOL anunció rápidamente a Brasil como anfitrión.

Las críticas a esta decisión, especialmente dirigidas al presidente Jair Bolsonaro, incluyeron la rapidez con la que el gobierno federal tomó la decisión de aceptar acoger el campeonato en el país, en comparación con la demora en responder a la farmacéutica Pfizer que ofreció vender dosis de su vacuna para Covid-19.

Los epidemiólogos, que ya pronosticaban un empeoramiento del panorama sanitario durante este periodo, también lo consideraron una mala idea, así como “un libertinaje y una falta de respecto” a las familias de las 500.000 personas que han muerto por Covid en el país. Se presentaron tres demandas ante el STF pidiendo la suspensión del torneo, pero el Tribunal las rechazó y los partidos comenzaron el 13 de junio.

Jugadores y equipos se sumaron a la preocupación generalizada por la realización de la Copa América. El delantero boliviano Marcelo Moreno utilizó sus redes sociales para criticar a la CONMEBOL y el uruguayo Luis Suárez expresó su preocupación por la celebración de la competición en medio de la pandemia de coronavirus. El argentino Lionel Messi dijo que temía contraer Covid-19, y la selección argentina optó por establecer una base en su complejo deportivo de Buenos Aires y viajar siempre que tenga partidos. La selección brasileña se ha posicionado en contra de organizar la Copa América.

A pesar de que el torneo se disputa sin aficionados en los estadios, los casos de Covid-19 entre jugadores, miembros de la delegación y proveedores de servicios siguen aumentando, al igual que el número de casos en las ciudades anfitrionas. En el partido inaugural, entre Brasil y Venezuela, la delegación venezolana llegó a Brasil con 13 personas infectadas. El sentido común dictaría que esto es razón suficiente para cancelar el partido y el torneo.

Los patrocinadores están atentos. De los ocho patrocinadores oficiales de la Copa América: Mastercard, Ambev, Diageo, Kwai, Semp TCL, Latam Betsson y TeamViewer, cuatro de elllos retiraron sus acciones de marketing durante el evento, a pesar de haber pagado por la exposición. Mastercard fue la primera en retirar su marca del evento que patrocina desde 1992. El grupo británico Diageo afirmó que detendría todas las actividades de la marca "dada la actual situación sanitaria en Brasil y en relación con el momento de la pandemia de Covid-19". La cervecera brasileña Ambev, que forma parte del mayor fabricante de cerveza del mundo, AB InBev, y que patrocina el torneo y a la selección brasileña, dijo que sus "marcas no estarán presentes en la Copa América". La red social Kwai retiró su imagen del torneo de Brasil, pero no quiso hacer más comentarios. TCL anunció el mantenimiento de su marca, pero con mensajes de concienciación y prevención para Covid-19.

El Ministério Público Federal (MPF)  ha enviado una carta a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) para que los estados y municipios que albergan partidos de la Copa América sean investigados por posibles "actos que violen los derechos a la vida y a la salud". También incluyó en la investigación a las cadenas de televisión encargadas de retransmitir los partidos, además de los patrocinadores. Para el Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos del MPF, la presentación de planes estructurados por la CBF y la CONMEBOL no garantiza que no haya una alta transmisibilidad del Covid-19. Para los fiscales, el riesgo para la salud de los jugadores, del comité técnico, de los periodistas, de los trabajadores de seguridad y de los servicios auxiliares es responsabilidad de todos estos actores.

La celebración de la Copa América es una clara violación y falta de respeto a la dignidad humana, así como una inversión de lo que debería considerarse interés colectivo, dada la grave crisis sanitaria que afronta Brasil, con la posible aparición de una tercera ola de la pandemia. Las empresas también pueden elegir y es alentador ver que algunos patrocinadores adoptan una postura.

Las empresas que retiraron su patrocinio de la competición lo hicieron porque entendieron que les perjudicaba asociar su imagen a una competición que pone en riesgo la vida de las personas y que no debería celebrarse. Si medio millón de muertes y la amenaza de nuevas mutaciones no son razón suficiente para suspender el torneo, ¿qué otra cosa podría ser?