El 22 de julio 2019, un grupo de mineros armados invadieron el territorio indígena protegido en el Nordeste de Brasil, cerca de la frontera con Guayana Francesa, y mataron a un líder indígena, Emyra Wajãpi.  Organizaciones de la sociedad civil e instituciones internacionales como las Naciones Unidas han pedido a Brasil que investigue el caso, y acusan a la administración de Bolsonaro de animar violencia de este tipo con declaraciones sobre la "legitimidad" de invadir territorios indígenas para actividades económicas como la extracción de recursos naturales.