En el contexto de la “guerra comercial” que se desató con la subida de aranceles que Estados Unidos impuso a China durante el gobierno Trump, China ha optado por cambiar el statu quo del comercio internacional. Con las visitas del presidente Xi Jinping en diferentes países, entre ellos Argentina y Venezuela, China deja muy claro que sus acciones van encaminadas a crear un nuevo equilibrio económico en Occidente y el mundo. Estas acciones pretenden tener impacto en las políticas estatales (en cuanto al libre mercado), las instituciones multilaterales y, sobre todo, en redefinir el eje comercial entre Europa y Estados unidos para reemplazarlo por unas relaciones más sólidas entre Europa y Asía, sumando a esto, las relaciones de Latinoamérica y China cada vez más fortalecidas. No obstante, pese a que China ha tenido una buena acogida en Europa como socio estratégico, todavía existen algunos aspectos que no son compatibles entre sí, como el tema de derechos humanos, la intervención estatal en la producción china que distorsiona el mercado global, entre otros.