Colombia es uno de los países más desiguales de América Latina y uno de los más peligrosos para las personas defensoras de derechos humanos (DDH). Décadas de conflicto armado interno, de violencia relacionada con el crimen organizado y del dominio de las industrias extractivas y su uso intensivo de la tierra en la economía colombiana han creado un clima de intimidación sistemática de líderes/lideresas sociales, sindicalistas y activistas.

El trabajo de quienes son defensores de derechos humanos y de la sociedad civil local es vital para abordar los riesgos y daños a los derechos humanos y al ambiente. Desde 2015, hemos recopilado datos sobre los ataques contra los defensores y defensoras de los derechos humanos que plantean preocupaciones sobre el impacto de las operaciones empresariales en los derechos humanos. Colombia es sistemáticamente uno de los países más peligrosos del mundo para las DDH relacionados con las empresas.

La situación de los/as DDH en Colombia requiere una atención urgente por parte del Gobierno colombiano, de las empresas y de los inversores que están directa e indirectamente relacionados con las denuncias de abusos. Todas las empresas e inversores que operan en Colombia deberían llevar a cabo una mayor diligencia debida en materia de derechos humanos, realizar un análisis del conflicto y adoptar un enfoque de tolerancia cero ante los ataques contra las DDH.

Análisis de las agresiones registradas entre 2020 y 2021: Principales resultados

• Registramos 58 ataques contra personas defensoras de derechos humanos que planteaban preocupaciones sobre las operaciones comerciales en Colombia durante 2020-2021.
• Las defensoras y los defensores de los derechos humanos que se oponen a los proyectos del sector del petróleo, el gas y el carbón sufrieron el mayor número de ataques (23).
• La mitad de las agresiones registradas se dirigieron a personas defensoras de la tierra y del ambiente.