En abril de 2021, 60 organizaciones estadounidenses y hondureñas enviaron una carta a la Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, instando a los Estados Unidos a oponerse a la financiación del Proyecto Hidroeléctrico Jilamito en Honduras. La carta señala las numerosas coincidencias entre el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito y el Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca, y donde Berta Cáceres fue asesinada por oponerse. Además, los permisos ambientales y de operación fueron concedidos sin contar con el consentimiento de las comunidades, y el proyecto está ubicado dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva de Vida Silvestre Texiguat. Estados Unidos justificaba el apoyo a proyectos como el Proyecto Hidroeléctrico Jilamito alegando que dicho desarrollo evitará la migración. El gobierno de EE.UU. retiró la financiación del proyecto en junio de 2021, pero afirmó que la acción no está conectada a las denuncias de las ONG. Las personas defensoras piden al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que vea las peticiones de los pueblos que quieren conservar el Río Jilamito para consumo de las comunidades, y no financie a la empresa INGELSA, en donde solo se lucra un grupo