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新聞稿

2020年12月2日

Ocho de cada diez trabajadores migrantes, muchos de ellos bolivianos, se quedaron sin ingresos en los talleres de costura de São Paulo en la pandemia

Photo credit: Fran Hogan/ Unsplash.

La pandemia de Covid-19 afectó los ingresos de ocho de cada diez trabajadores de la confección en la ciudad de São Paulo, según una encuesta realizada por la organización no gubernamental británica Business and Human Rights Research Center (BHRRC). La gran mayoría de estos trabajadores son mujeres migrantes bolivianas, que vieron caer drásticamente sus ingresos tras bajar los pedidos de los clientes y reducir el monto pagado por su trabajo.

La investigación aplicó una encuesta en línea entre el 21 de julio y el 16 de septiembre de 2020 con 146 encuestados entre 17 y 65 años, con una edad promedio de 34 años, residentes de São Paulo o región metropolitana. Como el muestreo es limitado, es difícil dar fé de que los datos de la encuesta sean representativos de toda la población en la capital.

Según Marina Novaes, investigadora y representante del Centro de Investigaciones en Derechos Humanos de Brasil, “el perfil es el de inmigrantes, bolivianos, que trabajan y viven en el mismo espacio, sin la seguridad de un trabajo formal. Son un perfil más vulnerable a los efectos negativos de la pandemia”.


La gran mayoría de los encuestados (89%) vive en el mismo lugar donde trabaja, en casas que suelen alquilar los propietarios de los talleres. El 56% de los encuestados tiene hijos en edad escolar y, de ellos, el 30% no tenía acceso a Internet para seguir las actividades de educación a distancia. “Son espacios pequeños, precarios, donde el trabajo es lo más importante. El espacio para la familia es mínimo. Lo principal es producir más y ganar más. Por eso también llamó la atención el hecho de que muchos vieran la pandemia como una oportunidad para pasar más tiempo con sus familias”, dice la investigadora.

El 91% de los encuestados informó de una caída en los pedidos al comienzo de la pandemia y el 42% dijo que el negocio no había vuelto a la normalidad. Tres de cada cuatro señalaron que los precios pagados por cada producto cayeron, impactando negativamente sus ingresos.

Como la mayoría de estos trabajadores se encuentran en situación de informalidad (87%), el 42% de los entrevistados informó haber estado completamente sin ingresos y el 45% vio cómo los ingresos disminuyeron considerablemente. El 64% ya recibió ayuda de emergencia y el 61% informó tener dificultades para acceder a los alimentos. “La pandemia ha agravado una situación que ya es vulnerable entre estos trabajadores. Esto también se acaba sintiendo en Bolivia, ya que el 93% no pudo enviar dinero a familiares en el período”, dice Novaes.

La caída en los pedidos tuvo un gran impacto en los ingresos de estos trabajadores, como lo captó la encuesta. “Como la mayoría estaba sin trabajo al comienzo de la pandemia, el 84% terminó cosiendo máscaras. Algunos decían que producían máscaras por cinco centavos que luego se venderían por cinco o diez reales”, dice Novaes.

Brasil tiene la cuarta industria de la moda más grande del mundo, con más de 70.000 empresas, la mayoría de las cuales son pequeñas empresas de ropa. Es la segunda industria que más empleo da en el país, ofreciendo 1,3 millones de puestos de trabajo en el mercado laboral formal, según datos de la Asociación Brasileña de la Industria Textil y de la Confección. Pero no todo es glamour: En la ciudad de São Paulo, los trabajadores inmigrantes, en su mayoría bolivianos, forman parte de la cadena de suministro. Oficialmente, en São Paulo viven 75.000 bolivianos, según la Policía Federal, cifra que podría llegar a los 300.000, según organizaciones no gubernamentales.


Salud mental y recomendaciones
La pandemia también afectó la salud mental de los encuestados. El sentimiento más prevalente fue el miedo, reportado por el 82%; el 36% dijo estar desesperado y el 34% ansioso, aunque también hay sentimientos de esperanza: el 17,8%. Entre los que respondieron la encuesta, el 83% no conoce a nadie que haya muerto de Covid-19 y el 46% no conoce a nadie que se haya infectado.

El informe hace recomendaciones a las autoridades públicas sobre cómo mapear a las poblaciones migrantes e incluirlas en la red pública de protección social. También pide definir políticas para combatir la explotación laboral e intensificar los mecanismos de inspección. Para las empresas, se recomienda un mayor monitoreo de la cadena de suministro, realizar la debida diligencia para identificar, prevenir y mitigar los riesgos e impactos negativos en sus cadenas productivas, y garantizar a los trabajadores la libertad de organizarse y estar representados en espacios de negociación.