“Entre carreteras y campos agrícolas: Un viaje a las infancias trabajadoras”, 13 de junio de 2022.

... “¿Tú también viajas siempre, como yo?”, pregunta Macaria Hernández, una niña jornalera de 8 años. En la diáspora eterna, en el tiempo entre carreteras y campos agrícolas, las niñas y los niños se convierten en adolescentes que forman sus propias familias. Sin escuelas, sin un sistema escolar acorde a su vida nómada, sin ingresos justos para sus padres y madres, sin lazos en su comunidad de origen ni las de destino, lo que queda es tenerse entre sí...

...En febrero, el Congreso reformó la Ley Federal del Trabajo para permitir que adolescentes mayores de 15 años laboren en el campo. Uno de los argumentos fue que ante la falta de empleo, aceptan las ofertas del crimen organizado. Pero no siempre funciona así, pues son enganchados en su actividad laboral...

La empresa les quería indemnizar con 200 pesos. “Eso es lo que valía la vida de un jornalero”, dice indignado. “Fue la primera vez que la gente protestó y marchamos para exigir una compensación justa”. Esa lucha sembró en él una semilla.

Por años siguió siendo un niño trabajador y pronto, sin detenerse en la adolescencia, se convirtió en adulto. Hace tiempo que dejó los campos para dedicarse a la defensa de los derechos de personas jornaleras.

“Los jornaleros no tienen prestaciones, no crean antigüedad, ganan muy poco, dan su vida a cambio de casi nada. Sólo pedimos nuestros derechos”, dice Juanito Triqui.

...Yo nunca he visto a alguien del sindicato”, sostiene Rufino Bartolo, jornalero de 69 años. No obstante, cada semana le descuentan 2 pesos de cuota sindical...

“Sólo si las empresas piden un maestro, las autoridades educativas lo envían. Además, las compañías deben construir un aula”...