[El texto debajo fue elaborado por el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos sobre la audiencia temática “Industrias extractivas en América”, del 19 de marzo de 2015, durante el 154 periodo de sesiones de la CIDH].

Queremos documentar es sufrimiento de la devastadora actividad extractiva sin rostro humano y sin ética. Los tres objetivos de la audiencia son: dar a conocer la posición de la Iglesia católica ante el creciente extractivismo formal e informal; compartir casos emblemáticos, y formular propuestas. El extractivismo es destructor del tejido social. Hay una corresponsabilidad de los estados donde están las mineras y de los estados cuyas empresas actúan fuera de sus territorios. La calidad de vida se sacrifica por las explotaciones mineras y de hidrocarburos. Podemos vivir sin el oro, la plata y el petróleo, pero no sin el agua. Los casos mencionados en la audiencia son: Piquiá de Baixo (Brasil), San José del Progreso (México concesionada a Fortuna Silver), Parque Nacional Yasuní (Ecuador), Nueva Esperanza (Honduras) y Lote petrolero 116 (Perú concesionado a Pacific Rubiales).